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Ansiedad en niños

¿Ansiedad En Niños?

Experiencia

Imagina contemplando un hermoso atardecer en las rocas frente al mar. De pronto, las olas se agitan y caes al agua. El problema es que no sabes nadar y entonces aparece el miedo a morir ahogado. Comienzas a mover tu cuerpo desesperadamente intentando salir a la superficie. Esa acción te cansa y te empiezas a hundir en la inmensidad del mar. Pero ¿Qué ocurriría si dejas de moverte y fluyes con cada ola del mar? Entonces flotarías. Pero el fluir con el mar no es un ejercicio simple: requiere confianza, soltar la musculatura, respirar profundo y evitar el contacto con pensamientos negativos de muerte para abandonarse en el movimiento del mar.

La ansiedad es esa señal de alarma que permite movilizarnos para buscar solución. Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando los niños son los que experimentan ansiedad, y más aún, de manera desbordada?

Señales de una ansiedad problemática

  • Señales físicas como dolores gastrointestinales, tensión muscular, dificultades para quedarse dormido, cansancio, negarse a comer los alimentos que se brindan, presentar una constante necesidad de moverse, etc.
  • Señales conductuales como evitar la socialización con otros niños mostrándose aislado y retraído. Conductas regresivas como volver a dormir con los padres o hacerse pipí cuando ya se había adquirido control de esfínteres.
  • Señales emocionales como llorar por cosas que antes no te hacían llorar denotando excesiva sensibilidad, enojarse con facilidad sin ningún motivo aparente, manifestar constantemente temores o miedos hacia ideas o situaciones lejanas, mostrar temor frente a la separación con figuras significativas.

Causas de ansiedad en niños

La ansiedad en niños podría ser ocasionada por eventos ambientales como la separación de los padres o un cambio de cuidad.

También se ha observado que cuando los padres están con ansiedad es habitual que los hijos presenten esta misma condición. Y es que los aspectos biológicos cobran importancia, porque hay cierta predisposición genética a la hora de tener ansiedad.

Las acciones relacionadas con la ansiedad hablan sobre posibles amenazas (muerte, catástrofes naturales, quedarse solo, etc.) y generan inseguridad, buscándose constante refuerzo en otros adultos o en niños.

Herramientas para padres con hijos ansiosos

  • Calmar con calma, es decir, los padres necesitan tener cierta tranquilidad para apaciguar los estados de nerviosismo de sus hijos. Para intencionar esa calma es recomendable mirar a los ojos, bajar la voz a un tono de sosiego y serenidad. De esta manera la señal de alarma del cerebro del niño se apaga, porque se siente seguro y protegido.
  • Validar la emoción. Es imprescindible poder acompañar y no negar lo que sienten los niños, como por ejemplo al decirles “no pasa nada”, “ya pasó” o “tienes que ser fuerte”. La idea es invitar a que expresen lo que sienten con preguntas abiertas como: “¿parece que estás nervioso?”, “¿cómo te encuentras?”, ¿en qué parte del cuerpo sientes ese nerviosismo?”.
  • Aprovecha momentos del día para enseñarle a respirar con tu hijo. Podrías proponerlo como un juego en donde vas a inflar globos invisibles. O puedes hacer burbujas ensenándole cómo se inhala y exhala dese el tórax, para luego botar el aire lentamente.

De esta forma le permites a tu hijo que se deje llevar en forma tranquila, como en el ejemplo del mar. Lo efectivo es acompañar este estado con calma, sin apurar el tránsito. Este debe ser el factor esencial con el cual formamos a nuestros niños frente a la ansiedad. El aprender a caminar con ella, sin apurarse en apaciguarla ni tampoco en tratar de negarla. Así él se sentirá seguro de sí mismo y de su entorno familiar, permitiéndose crecer más firme frente a la inmensidad de las cosas que la vida nos presenta.

Fuente: Sonríe Mamá