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Primavera: una estación de cambios y de adaptación del cuerpo humano

Experiencia

La primavera no es sólo la época del amor y las alergias, sino –lamentablemente – también es el período en el que suele desestabilizarse el ánimo de las personas que tienen vulnerabilidad a desarrollar trastornos anímicos y aumenta la incidencia de suicidios.

Existen distintas explicaciones a estos hechos. Entre ellas encontramos el rol de la luz en los cambios de ánimo y también han surgido teorías respecto de cómo el aumento de la temperatura promedio incide en activar los cambios que ocurren en la naturaleza durante este periodo.

Riesgo suicida

Ciertamente la depresión no es la única causa de suicidio, sin embargo, una de las hipótesis sugiere que su aumento en primavera estaría relacionado con el desfase en el tiempo de mejoría de distintos síntomas depresivos. Por ejemplo, cuando una persona con depresión comienza a mejorar, el vigor físico lo hace antes que el ánimo; entonces la persona continúa sintiéndose triste y sin deseos de vivir, pero su mayor energía facilitaría el llevar a cabo un intento suicida.

Bipolaridad

En las personas que sufren depresión bipolar se combinan síntomas depresivos con síntomas de euforia, y es común que estos se acentúen en primavera. La euforia produce impulsividad, agitación, aumento de actividades riesgosas, irritabilidad, insomnio y angustia intensa, que en presencia del mal ánimo y desesperanza, propias de la depresión, pueden aumentar el riesgo suicida.

Depresión Estacional

Las depresiones estacionales son aquellas que se reiteran varios años en una determinada estación. Suelen ser más frecuentes en invierno, pero también se produce en primavera. A los clásicos síntomas de tristeza y desgano se suman sueño excesivo y apetito aumentado. Este tipo de depresión se presenta entre un 2 a 10 % de la población.

Las diversas teorías podrían ser complementarias y potenciarse una con a la otra. Por lo tanto, es central en esta época del año la prevención y, en especial, el autocuidado.

Consejos

  • No consumir drogas o exceso de alcohol.
  • Combatir el sedentarismo con actividad física, de preferencia al aire libre.
  • Dormir lo suficiente. 7-8 horas por noche es lo ideal.
  • Comer sano.Los alimentos ricos en omega 3 y 6 mejorarían el ánimo. Mientras que las grasas saturadas e hidratos de carbono aumentarían el riesgo de síndrome metabólico y depresión.
  • Realizar actividades placenteras.
  • Consultar a su médico si hay riesgo de estar deprimido clínicamente.
  • Seguir el tratamiento definido por su médico.