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¿Es importante el ejercicio para la Salud Mental?

Experiencia

La vida moderna, principalmente en las grandes ciudades, ha ido generando un sistema de vida en que podemos resolver gran parte de nuestras necesidades desde nuestras casas o desde nuestros lugares de trabajo, sin necesidad de desplazarnos de un lugar a otro para conseguir alimentos, comunicarnos o divertirnos.

Los medios de comunicación, internet y las empresas de servicios nos abastecen de todo aquellos que necesitamos, resolviendo muchas de nuestras necesidades inmediatas sin necesidad de movernos de nuestro asiento.

Si bien, pareciera que estas bondades nos hacen más fácil la vida, no necesariamente nos hacen más felices y claramente no nos hacen más saludables.

El cuerpo que nos alberga y su estado de bienestar físico está indisolublemente ligado a todo el funcionamiento del organismo, y la actividad física ha ido cobrando mucha importancia a la hora de entender la emergencia de nuevas enfermedades y el cambio en el perfil epidemiológico de las enfermedades más frecuentes.

Es conocido el vínculo entre la actividad física y las enfermedades nutricionales y del aparato locomotor, que se asocian significativamente tanto en su génesis como en parte del tratamiento y rehabilitación. Con menos sobrepeso y un sistema osteomuscular activo, enfermedades como la diabetes, la hipertensión y los lumbagos, nos tendrían bastante menos preocupados como causa de enfermedad y pérdida de días saludables.

¿Y la Salud Mental?

Pareciera obvio que la actividad física nos hace tener un cuerpo mejor preparado para el movimiento y los esfuerzos del día a día, junto con ayudarnos a mantener un mejor peso. Lo nuevo tiene que ver con el aporte que la actividad física brinda en mejorar nuestro nivel de bienestar subjetivo y en la prevención de síntomas emocionales y enfermedades de tipo mental.

Muchos han sido los mecanismos que se han intentado relacionar con el bienestar asociado y en su efecto en la recuperación de personas afectadas por dolencias mentales. Veamos algunas de ellas:

•  El ejercicio aeróbico y el mayor trofismo muscular favorecen mecanismos neuroendocrinos que generan sensación de alivio, energía y placer. Se liberan substancias internas que promueven la actividad mental, mejoran el ánimo y calman la ansiedad. De alguna manera, la elongación, la respiración profunda, la fuerza muscular y el esfuerzo cardiovascular, armonizan nuestro cuerpo y nuestra mente.

• La actividad física nos ayuda a distraernos de los problemas y favorece estados de silencio mental, diversión, alegría o satisfacción. Mejora la conexión con lo inmediato, “el aquí y el ahora”, liberándonos del agobio de los problemas que como sabemos, nunca se acaban. Nos separa de las preocupaciones del día a día, cambiando el foco de nuestra atención y produciendo alivio.

• La actividad física, hecha de forma regular, nos lleva a descubrir capacidades del cuerpo y mejora nuestra autoestima. Al sentirnos más conformes y ver el resultado del esfuerzo realizado, nos motiva a continuar ejercitándolo y se convierte en fuente de gratificación. Puede ayudarnos a mejorar nuestro aspecto físico y la gratificación con el mismo.

• El ejercicio regular ayuda a mejorar el sueño fisiológico.La importancia del ejercicio regular y sistemático ha cobrado tal importancia que se considera parte del tratamiento de algunas enfermedades mentales y emocionales.

En los cuadros depresivos leves y moderados, la realización de ejercicios físicos regulares, favorece la recuperación anímica, permitiendo en los casos de menor intensidad, prescindir del uso de fármacos. La Guía Clínica, Tratamiento de Personas con Depresión, del Ministerio de Salud de Chile del año 2009, incorpora como parte del tratamiento de la Depresión Leve la realización de un programa de educación física. Propone un tratamiento centrado en psicoducación, consejería, grupo de autoayuda y ejercicio físico, sin indicación de farmacoterapia. El ejercicio debe realizarse tres veces a la semana por períodos de 45 a 60 minutos, por 10 a 12 semanas, según lo que recomienda esta guía clínica oficial.

El efecto del ejercicio en mejorar la irrigación y el desarrollo de terminaciones nerviosas se ha asociado con efectos protectores del deterioro mental, por lo que se recomienda transformarlo en un hábito permanente, incluso en edades avanzadas.

No debe olvidarse que cualquier programa de actividad física, en especial para quienes comienzan por primera vez, debe asociarse a una evaluación médica general y a un programa adaptado a las capacidades y factores de riesgo de cada uno. Afortunadamente existen múltiples alternativas de actividad física, incluso para personas con lesiones o capacidad física limitada. Lo importante es encontrarla y asesorarse bien.

En nuestro Centro de Atención Clínica encontrará a los mejores profesionales. Puede reservar o realizar consultas en los teléfonos 22784 0838 / 22784 0839 o al mail contacto@cetep.cl